Desde siempre el futsal argentino ha experimentado casi empíricamente cuando se trata de estar al frente de un equipo de inferiores, hoy por suerte eso va cambiando y Gianluca Freddi, quien trabaja en inferiores de Hebraica nos deja sus impresiones de primera mano.


Antes de comenzar, quiero felicitar y agradecer a mi compañero y amigo Matí Aguilar por este proyecto y por darme la posibilidad de ser partícipe de este espacio. Cuando me comentó sobre la idea de escribir acerca de las inferiores de futsal, no lo dudé y sentí que podía opinar de cómo veo y trato de trabajar en el lugar que ocupo hoy en día, que es la 5ta división de la Sociedad Hebraica Argentina.

Según mi punta de vista, en esta división se empieza a marcar una tendencia en la parte competitiva que muchas veces atenta sobre el proceso formativo de los jugadores.

Siempre está esa fina línea entre competir y formar. A nadie le gusta perder, eso está más que claro, todos jugamos para ganar, cada uno con sus fórmulas y sus maneras, pero también como entrenadores debemos pensar qué le estamos dejando a nuestros jugadores para su futuro, teniendo en cuenta que estamos formando a chicos que se encuentran en una etapa de desarrollo personal.

Pasando a la parte del juego y del entrenamiento dentro del club, buscamos trabajar y hacer hincapié en la parte individual del jugador con y sin pelota, empezar desde las técnicas y fundamentos específicos para generar lo que serán las bases del juego colectivo. Trabajar lo individual en función de lo colectivo. Entender qué se busca con cada concepto, para qué se utilizan y qué beneficios tienen en cada situación del juego. Hay que ser claros con los jugadores para que ellos crean en uno como entrenador.

Creo importante el aspecto donde los chicos empiezan a equivocarse y es ahí donde debemos estar encima para marcar esas situaciones como parte de un aprendizaje y no solo una corrección puntal, y marcando también los aciertos y las buenas acciones que vayan generando para empezar a reconocerlas, interpretarlas y actuar, no darles todas las soluciones a los problemas sino que ellos, a través de lo incorporado, logren llevar a cabo esas situaciones.

En conclusión, hay que guiar el camino para que los chicos se desarrollen en todos los ámbitos dentro y fuera de la cancha, que entiendan el deporte y sus acciones, que los atraiga el entrenamiento, ser parte de un equipo, que quieran ser jugadores de futsal. Es decir, somos responsables del desarrollo del jugador más allá de los resultados deportivos.

Hoy por hoy, el trabajo de la 1ra división del club es un factor importantísimo para el crecimiento de los jugadores de inferiores, para ellos ver lo que generan los jugadores de la 1ra es una motivación a seguir creciendo y tratar de llegar a ser como ellos. Es ahí cuando nosotros como entrenadores debemos utilizar ese factor como una herramienta más para trasladar esas ganas y ese entusiasmo en una progresión del jugador.

De mi parte es un desafío que me gusta tomar y creo que hay un buen trabajo por realizar.

Gianluca Freddi.
Entrenador de Futsal.

Entrenador de la 5ta división de Hebraica.
Asistente de 1ra división de Hebraica.
Ex-jugador de Pinocho y Camioneros.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *