Fue un duelo histórico en la Champions League desde el contexto mundial y lo sucedido dentro del 40 x 20. Era la primera vez en la historia de la competición que se enfrentaban 2 equipos españoles en la final, nada más y nada menos que el Pozo de Murcia y el Barcelona. Lamentablemente, para los murcianos terminaría con otra derrota.

Si analizamos rápidamente cómo llegaron los equipos a la final tenemos que decir que ambos han tenido que transpirar mucho la camiseta: los de Giustozzi tuvieron que defenderse muchos minutos del arquero jugador que propuso el equipo ruso, Tyumee, en semis. Y los de Andreu Plaza tuvieron que hacerlo a través de los penales frente a KPRF, el otro equipo ruso.

Una vez en la final el Pozo intentó plasmar el juego que le gusta al entrenador, ahogando la salida de su rival y con intensidad a la hora de atacar, con movimientos de 4 y muchas veces alargando el juego con Rafa Santos, de muy buen partido.

Al Barcelona se lo pudo ver con un juego más cauto y casi preocupándose exclusivamente por la defensa. Pero claro, tiene una efectividad alarmante, casi todo lo que finaliza va directo a portería. Al equipo Blaugrana le bastaron 9 minutos y dos remates (Ferrao a los 4´ y Aicardo a los 9´) para llevar el marcador a 2.

La falta de efectividad que tiene el Pozo hizo que el descuento llegue recién a los 5´del segundo tiempo, en los pies de Leo Santana y producto de la presión bien alta.

El equipo conducido por el argentino, Diego Giustozzi, intentó empatarlo con todas sus armas hasta el último segundo de partido y por eso es el campeón espiritual. Pero en todos los deportes, las finales las gana el que más goles hace. Barcelona Campeón.

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