Una historia breve pero intensa. Las aventuras de Silvina Espinazo, arquera de Racing Club y la Selección Argentina no son muchas, pero sí memorables. Comenzó en el futsal a fines de 2017, pero los logros ya son más que numerables. Futsalargentino.com habló con la “Torito” acerca de sus comienzos, sus motivaciones, las complicaciones que acarrea la pandemia para los deportistas y sus deseos para el futuro.



Tal vez uno de los aspectos que hacen del deporte una de las cosas más maravillosas es su condición de impredecible. Los giros de 180º son habituales, como el giro que dio la carrera de Silvina cuando llegó a Comunicaciones luego de lo que fue su paso por el handball. Antes del 2017 poco sabía acerca de lo que el futuro le depararía a su faceta deportiva. “Yo empecé jugando al handball, desde los 12 años hasta el 2011. Era arquera también. Después empecé a jugar al fútbol con amigas, ya jugaba recreativamente. Un día me sumé a Comunicaciones, que tenía futsal. Había una compañera que me llevó. Empecé jugando, pero como vi que no daba pie con bola, me fui al arco. Justo faltaban compañeras para atajar y el entrenador me probó y quedé. De ahí no salí nunca más”.

Y efectivamente, no salió más. De hecho, siguió creciendo de manera repentina hasta que llegó a la Academia. “El momento en el que noté que podía ejercer la disciplina en el alto nivel fue después de mi primer año en Racing, me di cuenta que era lo que realmente me apasionaba. También sentía que estaba en un buen nivel, la verdad que nunca me hubiese esperado una convocatoria para la Selección en tan poco tiempo, pero llegó. Ahí dije, lo puedo hacer y lo puedo hacer bien. Siempre tratando de dar lo mejor y de aprender cosas que yo todavía no conocía del puesto. Tenía que adquirir muchos conocimientos técnicos de la disciplina que, si bien es similar al handball, tiene sus cosas también”.



La convocatoria a la Selección fue sorpresiva pero ciertamente no injustificada. El crecimiento profesional de la Torito fue influenciado por las oportunidades que le otorgó el club de Avellaneda. “Racing te da la tranquilidad de saber que solo te tenés que dedicar a entrenar, esa es una ventaja muy grande con respecto a otras compañeras. No te tenés que preocupar por si tenés la ropa para jugar, por si tenés agua, por cómo ir. La verdad que en ese aspecto nuestro cuerpo técnico es el que se hace cargo de todo lo que necesitamos, siempre nos acompañan, nos apoyan. El marco profesional que nos dan es lo que nos hace desarrollarnos mejor”.

Participó de la Copa América de 2019 y fue una vivencia que seguramente la marcará para siempre: “La experiencia con la Selección es una cosa increíble, como había dicho, no pensé que me iba a tocar esa oportunidad en tan poco tiempo. Recién había pasado un año de que había empezado a practicar la disciplina y ya me citaron. Súper feliz, era algo que nunca me había tocado vivir ni en el handball. Es algo que no se compara con nada y a partir de eso me dije ´de verdad puedo hacer esto´. Es hermoso ir al predio a entrenar, ponerte la ropa de la Selección”.

Pero actualmente, parecen estar lejos todas esas experiencias propias de practicar la disciplina. La pandemia modificó la vida de muchos y, los deportistas esencialmente, sienten esa falta de rodaje. “Desgaste bastante. Yo trabajo, entonces el futsal me saca un poco de la rutina. Se complica, entrenás y no sabés cuándo vas a jugar. Te cortan el torneo, se hace engorroso y es difícil. Mentalmente te bajonea un poco, pero hay que estar preparadas y seguir entrenando mientras esperamos por la oportunidad de volver a jugar”.

Por último, la pregunta sobre una hipotética profesionalización de la disciplina se hace presente una vez más. “Yo creo que es posible a largo plazo, estamos preparándonos para llegar a eso. Más que nada preparando el espacio para las más chicas, que son las que realmente van a disfrutar de eso. El deporte es muy popular en el país, en masculino somos potencia y en el femenino estamos muy cerca de conseguir cosas importantes. Yo creo que a largo o a corto plazo se puede dar, ojalá que las chicas lo puedan disfrutar”.

Por: Belén Medina

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